Un día, mi hermana (Carolains) fué a ver su amiga Tanya, que estaba participando en el concurso de
Nuestra Belleza México. Como era la eliminatoria estatal, fué con mi mamá a apoyar a Tanya.
Llegaron tarde, como ya es costumbre con mis hermanas, así que cuando ellas llegaron ya no había asientos disponibles. Mi mamá, vió un par de asientos casi al frente que estaban vacíos pero cuando se acercó, una organizadora la detuvo.
"Ya están reservados, señora", le dijo la organizadora
"¡Achis!", responde mi mamá, "¿Para quién?"
"Para las autoridades", le responde.
Entonces mi mamá, indignada, le declama a la pobre señorita un discurso sobre la libertad de expresión, la libertad de credo y, por supuesto, la libertad de tomar asientos en nuestro país. Pero, ni aún con el mejor de sus discursos, pudo convencer a la organizadora.
Momentos después, mi hermana fué al baño y al regresar, para su sorpresa, encontró a mi mamá sentada en los asientos que tanto había peleado, haciéndole señas a Gaby de que fuera a sentarse con ella.
"Ay, mamá", suspiró Gaby, rehusándose a ir con mi mamá porque sabía que los organizadores las iban a sacar o las iban a regañar.
"Pst, pst, ¡Gaby!", insistió mi mamá, "Gaby, ¡que te vengas para acá!", empezó a subir el tono.
Poco a poco mi mamá subió el tono hasta que pronto, la mitad del auditorio se había dado cuenta que mi mamá le gritaba a una tal "Gaby" y que esa tal "Gaby" no le hacía caso...
A final de cuentas, para que mi mamá ya dejara de gritar, Gaby, a regañadientes, se sentó a un lado de mi mamá, al frente del auditorio, prácticamente al lado de las candidatas.
"¿Ya ves?", mi mamá le dice, "aquí se ve muy bien".
Hubo una pequeña presentación musical y en seguida, el presentador anuncia: "vamos a presentar a las celebridades que nos acompañan el día de hoy" y de pronto, Gaby siente que todas las camaras (de video y fotográficas) la enfocan a ella...
"
Lupita Jones" anuncia el presentador, ¡y que se levanta una señora que estaba sentada en frente de Gaby a saludar al auditorio!, mientras las cámaras tomaban todas las fotos que podían y Gaby trataba de hacerse chiquita (o por lo menos no salir en las fotos).
En ese mismo instante, Gaby también se acordó que no se había puesto maquillaje y digamos que su atuendo ese día no era lo mas "chic" de su guardarropa.
Conforme iban presentando a las autoridades, más gente alrededor de Gaby se levantaba para saludar al auditorio. Ese día, Gaby conoció también a la esposa del gobernador, pues estaba sentada a su lado izquierdo.
Cuando Gaby creía que no podía ser peor, escuchó la voz de mi mamá, que le dió el mejor consejo que le podía dar en ese momento:
"Ya no andes de payasa, tu nada más saluda".
Gaby volteó a ver a mi mamá con una mirada de esas que matan, pero mi mamá estaba muy ocupada saludando a todo mundo y sonriendo para las cámaras, junto con las celebridades que galardonaban el certámen.
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Hasta la fecha es una de las mejores historias sobre mi mamá, sólo superada por la segunda parte. Estén pendientes.
¿Cuál es la moraleja de la historia?
